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viernes, 17 de marzo de 2017

Samsung ha tenido la mejor idea para reinventar el televisor: liberar el salón

Samsung ha tenido la mejor idea para reinventar el televisor: liberar el salón

 Samsung presentó en París su nueva gama premium de televisores QLED y, por una vez, lo importante no estaba dentro.

 Sí, tienen una tecnología impresionante: sus paneles Quantum Dot han evolucionado hasta el punto de presentar el 100% de volumen de color y una nitidez asombrosa.

 Pero las nuevas pantallas han cumplido un objetivo que ni se nos pasaba por la cabeza: deshacerse de la maraña de cables y de la obligació de que la tele tiranice el resto del salón.

 ¿Cómo? Entre otras cosas con un hilo prácticamente invisible de fibra óptica para que las antenas, consolas, reproductores multimedia y demás aparatos no tengan que ir pegados a la pantalla.

La elección de París y del Carrousel de Louvre no fue casual: la ciiudad de las luces y una plaza inseparable del arte eran el marco para presentar al mundo un nuevo concepto de televisor: los nuevos QLED TV de Samsung. Por dentro, cuentan con una tecnología capaz de producir la mejor calidad de imagen del mercado.
Sin embargo, la sorpresa vino por fuera. Durante la presentación de la nueva gama premium, mientras nos enseñaban teles exentas, con peanas de diseño y atriles que las sujetaban como si fuesen lienzos sobre un caballete, no podía dejar de pensar en que eran bellísimas. Objetos que harían relamerse a cualquier interiorista. Pero también en algo que venimos arrastrando desde la primera vez que la toma de antena obligó a que los salones sólo pudiesen amueblarse de una forma: allí donde la tele tuviese su espacio. Esas teles eran preciosas sobre el escenario, pero la dictadura del cable arruinaría la experiencia en los hogares. Como siempre.
Resulta que no. Todo ese diseño se ha concebido con la libertad para llevarlo a cabo: las nuevas QLED, de entre 49 y 88 pulgadas, sólo tienen dos cables: el de corriente, obviamente... Y un finísimo cable de fibra óptica transparente, disponible en cinco o 15 metros, que aleja todas las conexiones del aparato. 
Es decir, si tu salón en cualquier momento de tu vida se ha parecido mínimamente al de cualquiera, has tenido siempre un mueble para sujetar la pantalla y hacer sitio a una maraña de cables y aparatos: euroconectores, HDMI, por componentes, DVI, ethernet... Lo que se te ocurra, desde vídeos hasta consolas, pasando por el Chromecast, uno de los primeros aparatos que dijo que ya estaba bien de la tiranía del cable enorme.

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